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1. RUTA DEL ESTUDIO
1. Universidad:
La Universidad de Salamanca fue fundada en torno al 1200 por Alfonso IX
sobre el embrión de un Estudio General preexistente. Su fachada
es un sorprendente ejemplo del plateresco salmantino, que trabaja sobre
la característica piedra de Villamayor. Aposentada sobre un cráneo
en la parte derecha de la fachada (no daremos más pistas sobre
su localización) está la famosa rana. Para unos es un aviso
acerca de los peligros que encierra la lujuria, para otros la firma del
cantero y para los demás, un simple capricho artesano. La primera
hipótesis tiene mucha fuerza, y se refrenda con el paralelismo
que tiene con la lectura de las tallas de la escalera que asciende al
claustro superior, ya dentro del edificio. En su balaustrada hay labradas
escenas alegóricas sobre el amor mundano y el casto amor. Unas
están abajo y otras arriba, de forma que quien asciende por la
escalera toma la senda de la pureza. En el edificio del Estudio también
encontramos una "galería de enigmas" en los antepechos
de las ventanas del piso superior y una efigie de un santo pintada en
una pared a media altura, para evitar que los estudiantes orinasen en
uno de sus lugares predilectos.
2. Catedral
La falta de espacio y medios de la antigua Universidad hacía que
se recurriera a las instituciones eclesiásticas para ciertos cometidos.
Sin duda buscando una mayor trascendencia ceremonial, los exámenes
se realizaban en la capilla de Santa Bárbara o "de grados".
Sólo existían exámenes para recibir título
de bachiller, licenciado o doctor (llamado maestro en teología
o artes). La cosa funcionaba así: se encerraba al opositor en la
capilla con sus libros y apuntes durante un tiempo para que se preparara;
luego se introducía un estilete al azar entre las páginas
del libro de texto para elegir el tema; los maestros escuchaban y objetaban
al alumno. Una vez terminada la exposición y el debate cada profesor
metía una bola en una tinaja: si la bola era dorada, el maestro
se inclinaba por el aprobado; si era negra, por el suspenso.
3. Plaza Mayor
El centro neurálgico de Salamanca se construyó sobre el
solar de la Plaza de San Martín, entre otros, para dotar a la villa
de un corazón comercial y social más ordenado e higiénico
que el anterior.
Una vez doctorado, el alumno de la Universidad estaba obligado a convidar
a una cena y a una corrida de toros a la comunidad universitaria. Sin
duda, la Plaza Mayor de la ciudad, concebida entre otros usos para el
taurino, albergó muchas de estas celebraciones.
4. Casa de las Conchas: Maestrescolía y
leyendas (aldana y jesuitas)
La Casa de las Conchas data de finales del Siglo XV. Varias leyendas la
tienen como escenario: una cuenta como un caballero llamado Aldana desafió
sin saberlo al hijo del Rey de Francia. Combatió con él
ante su padre, el monarca, en el campo del honor y le venció. El
rey imploró el perdón para su hijo y lo consigió
a cambio de las lises del escudo y de su cetro real. Aún hoy podemos
ver estas figuras en el escudo que hay sobre la puerta de la casa. Además,
cuando entregó las prendas, el rey dijo: "C'est mal donné"
("Está mal dado"). EL caballero Aldana, por no entender
o por burla, cambió su apellido por el de "Maldonado".
Otra famosa leyenda atribuye a las aguas del pozo cualidades milagrosas
en el tratamiento de los males de la vista y otra, la más famosa,
recuerda el deseo de los jesuitas de demoler la Casa para hacer una plaza
que permitiera la contemplación de la fachada de la Clerecía.
Parece que intentaron pagar el solar con un curioso método de puja:
una moneda por cada concha. Este puede ser el origen de la leyenda que
dice que bajo una de las conchas hay un tesoro... Otra versión
de la leyenda cuenta cómo los jesuitas prometían pagar a
los maleantes una moneda por cada concha arrancada de los muros del palacete,
tratando así de reducir su valor...
En lo referente a la vida universitaria, sabemos que el inmueble alojó
la maestrescolía, fundada por Enrique III en 1391, que sustituía
a las autoridades de la ciudad en lo tocante a los miembros de la Universidad.
Tenía alguaciles, jueces y prisión a su servicio. Parece
que éste fue el cometido de la Casa de las Conchas y que en sus
sótanos dio más de un estudiante con sus huesos tras alguna
noche movida: y es que, aunque estaba prohibido abandonar de noche el
lugar del pupilaje, mucho estudiantes poseían cuerdas y escalas
para burlar la vigilancia y salir a la calle para jugar, folgar y hacer
tropelías.
2. HACIA LA CUEVA DE SALAMANCA
1. Plaza Mayor
El centro neurálgico de Salamanca se construyó
sobre el solar de la Plaza de San Martín, entre otros, para dotar
a la villa de un corazón comercial y social más ordenado
e higiénico que el anterior.
Una vez doctorado, el alumno de la Universidad estaba obligado a convidar
a una cena y a una corrida de toros a la comunidad universitaria. Sin
duda, la Plaza Mayor de la ciudad, concebida entre otros usos para el
taurino, albergó muchas de estas celebraciones.
2. Palacio de la Salina
Hablaremos ahora de Juana Pimentel, amante del arzobispo de Santiago,
Alonso II de Fonseca, patriarca de Alejandría. A finales del tormentoso
Siglo XV, acudió la corte en pleno a Salamanca. Con ella venían
el arzobispo y su manceba. Las gentes de la ciudad, escandalizadas por
el asunto, negaron alojamiento a Juana Pimentel. El arzobispo Fonseca
montó en cólera y juró erigir en la villa el palacio
más hermoso con una galería para que pudiera pasearse su
querida Juana. Así lo hizo, y mandó esculpir, en las ménsulas
que sostienen esa galería, grotescas caricaturas de los nobles
salmantinos que habían rehusado acoger a la Pimentel en sus hogares.
En uno de los medallones hizo tallar la efigie de la hermosa Juana, mostrando
un pecho en desenfadada actitud. Por ser así de salerosa, la gallega
fue apodada "la Salina" y pronto su mote pasó a ser el
nombre del edificio: el Palacio de la Salina.Por desgracia, los historiadores
han dado buena cuenta de estos hermosos hechos y los tachan de falsos.
Según ellos, la casa fue alzada por Gil de Hontañón
y Machín de Sarasona por encargo de Rodrigo Messía Carrillo
y su esposa, Mayor de Fonseca y Toledo en 1546. Dicen que la muchacha
que muestra un seno es Cleopatra y que el palacio toma su nombre de haber
sido un vulgar almacén de sal hasta 1859.
3. Convento de las Dueñas
Pondremos ahora nuestras miras sobre la casta, la pura Sor Teresa Juliana
de Santo Domingo, más conocida como "La Negrita de la Penitencia"
y más aún como "La Santa Negrita". Su nombre natural
era Chicaba, y nació en África Occidental alrededor de 1676.
A los diez años fue raptada de su tierra natal y esclavizada por
un buque español. Una vez llevada a Sevilla por la tripulación,
es entregada al rey Carlos II como una rareza exótica, ya que sus
joyas y abalorios atestiguan que es hija de un notable entre los suyos.
Ella confirmó este punto, declarando ser hija del rey de un país
llamado "La Mina Baja del Oro". En 1704 consigue ingresar en
el Convento de la Penitencia, en Salamanca, donde entra bajo condiciones
especiales. Cuidó endemoniados, desvió bombas y fue la primera
escritora africana de la historia de nuestra lengua. Al parecer, cuando
murió su piel se volvió blanca y exudó exóticos
aromas.
4. Cueva de Salamanca
En Salamanca existe una cueva donde antaño el diablo enseñaba
oscura arte mágica. Esta cueva se encuentra aún hoy bajo
los restos de la iglesia de San Cebrián -o San Cipriano- y fue
en realidad su sacristía. El maligno dictaba desde el fondo de
la oquedad, tomando la forma de una mano sobre una silla, de un macho
cabrío e incluso de una cabeza de alambre. Como todo lo oscuro
es incierto, otros aseguran que el arcano maestro no era otro que el sacristán
del templo, un truhán llamado Clemente Potosí. Los estudios
duraban siete años y siete era el número de los alumnos.
Al finalizar los estudios uno de los siete, elegido al azar, pagaba por
todos con su libertad, quedando al servicio del diabólico profesor.
Uno de los alumnos que allí cursó estudios fue Don Enrique
de Aragón, marqués de Villena. Destacó en sus oscuros
estudios y sacó provecho a todas las lecciones. Tanto, que consiguió
burlar a su propio maestro. Resulta que, de los siete, le tocó
el pago a Don Enrique y quedó preso en la Cueva. Se escondió
en una tinaja y colocó un libro de conjuros sobre un atril. Cuando
el diablo (o el sacristán) bajó a la cripta y le echó
en falta, pensó que Enrique se había fugado con ayuda de
sus artes y salió a buscarlo, dejando la puerta abierta tras de
sí. Enrique se escapó, pero en el último momento
su captor agarró su sombra, y Don Enrique la perdió para
siempre.
3. RUTA DE LOS BANDOS Y FRAY
JUAN
1. Plaza Mayor
El centro neurálgico de Salamanca se construyó sobre el
solar de la Plaza de San Martín, entre otros, para dotar a la villa
de un corazón comercial y social más ordenado e higiénico
que el anterior.
Una vez doctorado, el alumno de la Universidad estaba obligado a convidar
a una cena y a una corrida de toros a la comunidad universitaria. Sin
duda, la Plaza Mayor de la ciudad, concebida entre otros usos para el
taurino, albergó muchas de estas celebraciones.
2. Casa de María la Brava
En este inmueble, situado en la Plaza de los Bandos, vivió María
de Monroy, apodada "la Brava" por vengar a sus hijos de forma
sangrienta. En la época de la Guerra de los Bandos, el bando de
Santo Tomé, alque pertenecían los Monroy, era enemigo declarado
del bando de San Benito, al que pertenecían los Manzano. Por una
disputa de juego, unos Manzano asesinaron a los hijos de María
de Monroy y huyeron de la ciudad. La madre los persiguió con sus
hombres hasta Portugal, donde les dio muerte y los decapitó. Volvió
a Salamanca con las cabezas y las depositó sobre la tumba de sus
hijos.
3. Pozo Amarillo
San Juan de Sahagún vivió los turbulentos años de
la Guerra de los Bandos. Veremos en otros apartados como medió
entre los hombres armados, pero ahora nos ocuparemos de la salvación
de un niño. En la Calle Pozo Amarillo una placa recuerda el milagro
obrado por San Juan: un chaval había caído al pozo que había
en ese lugar y, debido a su profundidad, nadie podía sacarlo. San
Juan hizo subir las aguas de forma que el muchacho pudo asirse al cíngulo
del fraile y escapar a su suerte.
4. Plaza del Corrillo
Conocida originalmente como "Corrillo de la Hierba", recibía
este nombre por formar frontera entre los bandos litigantes de San Benito
y Santo Tomé. Era tan peligroso cruzar el lugar que la hierba crecía
sin nadie que la pisara.
5. Casa de la Concordia
Al final de la Calle de San Pablo encontramos el solar en el que se alzó
la casa donde se dice que San Juan de Sahagún pacificó a
los litigantes de la Guerra de los Bandos. Aún se conserva el arco
de entrada, donde se labró el lema: "Ira odium generat, concordia
nutrit amorem".
6. San Bartolomé
La mole neoclásica del Palacio de Anaya se alza sobre el solar
que ocupara el Colegio de San Bartolomé. En este Colegio se alojó
y predicó San Juan de Sahagún, y allí sucedió
uno de los primeros hechos milagrosos que protagonizó. Al parecer,
después de los oficios, Juan advirtó que había olvidado
parte de los rezos. Volvió a la capilla y quedó consternado
al encontrar los cirios apagados. La oscuridad era total y le impedía
leer los libros sagrados. Desde la punta de un ciprés, una figura
angélica le alumbró para terminar sus oraciones. Desde entonces,
el Colegio adoptó por enseña ese árbol.
7. Calle de Tentenecio
La cuesta de Tentenecio se llamaba Calle de Santa Catalina hasta el día
en que un toro arremetió contra San Juan de Sahagún. Éste,
sin inmutarse, dijo a la bestia: "Tente, necio". El toro se
paró.
4. DAMAS, MONJAS Y ALCAHUETAS
1. Casa de la Mancebía
En algún punto cercano a la Vaguada de la Palma se alzaba la Casa
de la Mancebía
dueñas negrita
casa santa teresa
franciscas borrega
(emparedadas sanctisp sanesteb santamaria sansebast y sanjuanbarb)
salina
casamuertes
almarza
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