DAMAS, MONJAS Y ALCAHUETAS

6. Plaza de San Boal

Doña María de Moctezuma desciende del ataúd y pregunta extrañada: "¿Qué hago yo aquí?".
La señora marquesa de Almarza vivió largos años, siempre acompañada por los rumores de su extraña resurrección. Hizo gala de su proverbial generosidad y concedió al sacristán codicioso una pensión vitalicia. No sabemos si esa paga sirvió para calmar el ansia de oro de sus largos dedos.

 
     
     
 

   
 
 
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