Bienvenido a Salamanca
La cosa se calmará y tendremos unos minutos visigodos de relativa estabilidad.
Acaban con ella los elegantes musulmanes, que saben disparar el arco a caballo.
A eso de las seis y media los cristianos ganan la última batalla y
reconstruyen la ciudad en veinte segundos. Ponen la universidad. Pasan las
horas, los reyes, las guerras y Salamanca sigue acostada junto al Tormes,
agarrándolo con sus puentes. Nacen y mueren hombres y mujeres. Todos
ellos aportan sus vidas a la Historia, pero sólo algunos firman con
nombres y apellidos su donación. Fray Luis de León, Nebrija,
Francisco de Vitoria, Salinas, Juan del Enzina, Fernando de Rojas, Lucía
de Medrano, San Juan de la Cruz, Tomás Bretón o Torres Villarroel
son algunas de las sombras que hoy se asocian a esta ciudad. Entre guerra
y guerra, una lechuza llamada Unamuno se posa sobre un álamo junto
a un convento...
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